Transcripción del catalán de la conversación entre Sergi Quiñonero y Jordi Glez. Els Guiamets, 26 octubre de 2020.
JG: Durante la inauguración de mi exposición en la Granadella discutimos sobre si nuestro trabajo intramuros se podía considerar Land Art. Yo argumentaba que mi trabajo lo había realizado en la naturaleza, sobre la naturaleza, con materiales naturales, por lo tanto, se podría etiquetar así, aún más si consideramos que actualmente la no injerencia en la naturaleza es un plus. El hecho de trabajar de esta forma me interesaba mucho porque justamente no había dejado huella en la naturaleza y sin embargo creaba paisaje. Asimismo, te dije Sergi que tu anterior exposición en la Granadella también tenía ciertas características y similitudes como para ser etiquetada como Land Art.
SQ: Yo considero que mis obras de estudio en las que utilizo materiales naturales no son Land Art, aunque se posicionan a favor del ecologismo y están muy cerca en muchos aspectos. Para mí, es muy distinto salir a trabajar a la naturaleza que recolectar esos materiales y llevarlos al estudio para trabajarlos. Desde un punto de vista filosófico, los dos tipos de obras plantean lo mismo y comparten muchas similitudes. En tu caso, tu estás dialogando con el paisaje a través de la representación artística. Desde un punto de vista conceptual es fantástico pero no sé si tus pinturas en tinta china pueden ser suficientes para crear un precedente y ampliar el concepto de Land Art. Yo creo que, a fin de cuentas, la actitud es muy importante, todo depende de como sale uno a la naturaleza a trabajar. En lo referente a la injerencia o la huella, según Joaquin Araujo, la cosa más inocente que podemos hacer es sólo observar, contemplar.
JG: Sé que estamos haciendo malabarismos con los conceptos… pero tú, si en lugar de traer los materiales a casa, tuvieras una mesa ahí fuera, ya estarías creando en la naturaleza, y más si la acabaras exponiendo sobre un muro piedra seca, por ejemplo.
SQ: Sí, son diferencias sutiles, pero desde un punto de vista práctico sería complicado trabajar fuera por la fragilidad de los materiales. Si lloviera o soplara el viento… sería díficil trabajar esas piezas que hago. Pero si las trabajara afuera, conceptualmente, no habría diferencia con el Land Art en sentido estricto. En realidad, la mirada es común, tanto en mi obra de exteriores, como en la que expongo.
JG: Entonces la clave está en la mirada del artista ambiental o landartista.
SQ: De hecho, cuando hablo de mi mismo no me califico así, sino como artista visual, porque creo obra para ser vista. A parte, del trabajo de poesía experimental también. En realidad, la etiquetas son solamente para centrarnos y acotar los significados, pero al final la obra habla por si misma y las etiquetas sobran.
JG: Estoy de acuerdo, son superfluas, pero necesarias para expresarnos y crear expectativas. Pues, no es lo mismo una leer en la agenda de un periódico que hay una exposición de mis sumi-e que otra de acuarelas de la Costa Brava, por ejemplo.
SQ: Sí, cierto. No es lo mismo. Pero las etiquetas siguen siendo muletas.


JG: Me gustaría preguntarte ahora sobre la educación ambiental. Nosotros somos un poco integristas como landartistas porque mitificamos y tomamos muy en consideración el trabajo en la naturaleza, procuramos no dejar huella en la medida de lo posible. En estos momentos vamos a trabajar conjuntamente en las escuelas impartiendo talleres de arte ambiental en el marco de mi proyecto Cara a cara que comisariaste en Els Ports, natura i art. A veces, me entra un poco de miedo pensar que podemos crear monstruos en el sentido de que animamos a los niños y al público en general a acercarse a la naturaleza cuando en realidad hay que dejarla tranquila. Me refiero a que no me gustaría ser responsable de haber animado a nadie a hacer montañitas de piedras en equilibrio en la playa ni cabañas con ramas en cualquier área boscosa de conurbación. No sé si en realidad insuflamos respeto y consideración o les animamos a modificar el paisaje.
SQ: No me lo he planteado. Lo que comentas está relacionado con el enfoque que damos. Las actividades que proponemos es el de despertar la estima, y no que la naturaleza es un parque de atracciones o una zona recreativa en la que podemos hacer lo que queramos. Nosotros lo tenemos claro. Pero durante el siglo XX, o en el antropoceno, o cuando dejamos de ser recolectores, nos hemos alejado de la naturaleza. Creo que es bueno y positivo que los niños actuales se acerquen a ella, no pienso que creemos monstruos. Hay que trabajar en la educación y el respeto.
JG: Cierto, pero nosotros sabemos un poco de naturaleza. Sabemos qué podemos coger o qué no coger, si hacer esto o lo otro sin que afecte demasiado al ecosistema. Sin ser biólogos, tenemos esta forma trabajar, una forma muy respetuosa. Pero no puedo poner la mano en el fuego por los alumnos, a pesar de que intentamos y usemos el arte contemporáneo como una vía de retorno a la naturaleza. Sin embargo, el arte no incorpora este conocimiento. No te instruye acerca de que si hago un agujero en este árbol permito la entrada de un hongo que lo matará en diez años. Es una cosa que nosotros consideramos pero que en general es un ámbito más ambientalista o científico.
SQ: Yo creo que eso también forma parte de la trayectoria personal de cada artista. Ni tu ni yo cuando éramos pequeños sabíamos lo que sabemos, ni nos acercábamos a la naturaleza como lo hacemos ahora. No era un sádico, pero maté algunas lagartijas y ahora no lo haría por nada. En mi barrio, en Barcelona también se mataban gatos, con la crueldad infantil. Creo que esto es un proceso de construcción. Yo creo que si sensibilizamos a los niños de base es bueno. Y a partir de ahí construimos. Y de ahí, lo aplicamos a todo, qué hago, qué consumo, qué reutilizo, etc. Es un proceso. Nosotros somos ya adultos y tenemos la consciencia bien estructurada, y una mirada al mundo determinada. Eso es fruto de la experiencia. No puedes esperar de los niños que estén en ese nivel, han de crecer y desarrollarse. Lo que podemos hacer es seguir brindando esa oportunidad y tampoco sé si hay otro camino que no sea la insistencia en la educación.
JG: Sí. En lo que dudo es si primero tenemos que comenzar por la educación ambiental y luego el arte.
SQ: No lo tengo claro. No sé que sería mejor, si hacer primero una cosa y luego la otra.
JG: O de una forma sincrónica.
SQ: Los talleres que hacemos en las escuelas en entornos rurales, por ejemplo, a veces los niños y niñas no siempre tienen la oportunidad de convivir con la naturaleza y ellos están justo al lado. Nuestra labor es una oportunidad para acercarlos más. Es un reto, una aventura. Claro que tiene que ir acompañado de otras cosas como la educación en valores. Pero el arte también es muy importante.


Taller de máscaras en Horta de Sant Joan.